A veces el mundo es tan hermoso que muchos no se dan cuenta porque se encierran su rutina, si algún día pueden salgan y visiten los hermoso del planeta.
1.- Palombaggia. Córcega (Francia)
El extremo sur de la alargada isla de Córcega reúne playas que, como la de Palombaggia, ejemplifican el Mediterráneo más puro. Bajo la sombra de los pinos se descubren los juegos de luz que el sol crea sobre las rocas y la espuma de las olas.
La cala se encuentra dentro del término de Porto Vecchio, una antigua población marinera ahora dedicada al turismo y con un puerto muy animado. Otro aliciente de Palombaggia es su proximidad a las islas Cerbicale, una reserva natural habitada por multitud de aves marinas.
2.- Matemwe Beach. Zanzíbar (Tanzania)
Una larga línea de palmeras sombreando la arena blanca es la imagen característica de Matemwe Beach, en el nordeste de Zanzíbar. La proximidad de la costa africana ha convertido la isla –y esta playa en concreto– en el destino de quienes buscan relajarse tras un safari por los parques de Tanzania o después de subir al monte Kilimanjaro (5.895 m), el techo del continente. Matemwe es un excelente enclave para bucear entre corales y navegar a bordo de un dhow, la embarcación de vela típica de la costa suajili.
3.- Ölüdeniz, Turquía
La costa de Licia, en el litoral mediterráneo, ofrece la oportunidad de bañarse en playas que han visto pasar una decena de civilizaciones. La ruta que encadena los arenales más bonitos debe detenerse en la larga bahía de Ölüdeniz, cuyas plácidas aguas le han valido el sobrenombre de Blue Lagoon. Una parte de la bahía está declarada parque nacional y constituye un enclave ideal para remar en canoa y sumergirse en busca de alguna tortuga marina. Las ruinas romanas y licias son un perfecto complemento histórico.
4.- Palolem. India
El cálido mar de Arabia baña esta playa del estado indio de Goa, en la costa oeste. Su lengua de arena de 1,6 km se encuentra delimitada en ambos extremos por dos grandes rocas. Hasta hace poco, las casas (shacks) y las barcas de pescadores eran la única evidencia humana en Palolem, pero recientemente ha surgido una incipiente infraestructura turística, en parte gracias a su aparición en la película El mito de Bourne (2004). A solo 12 kilómetros, los bosques del Cotigao Wildlife Sanctuary son el hábitat de monos y tigres de Bengala.
5-. Cala Macarelleta. Menorca
La costa sur de la isla balear reúne calas de arenas blancas abrazadas por pinos que se asoman al agua desde las rocas. Cala Macarella y su hermana pequeña, Macarelleta, son un excelente ejemplo de este paisaje mediterráneo. Se encuentran a 14 kilómetros de Ciutadella, siguiendo una carretera flanqueada por muros de piedra seca que, después de serpentear entre campos sin cultivar, desciende por un torrente hasta casi alcanzar la arena. Para disfrutar a fondo de un día en estas playas es indispensable llevar gafas y tubo de buceo.